martes, 7 de marzo de 2017

Culo.

Hacen 18º. Y es verano. Hacen 18º y es verano y no sabía que iba a tener frío. Hace unos días comí una hamburguesa vestida de Gatúbela. Hoy hace frío.
Salí en culo al balcón. No como cuando uno dice que “está en culo” por tener algo corto. En culo literal, culo y vagina. La calle abajo se ve vacía, los portales de internet llenos de personas quejándose por el “Otoño temprano”, mucha selfi invernal, mucha cara de pelotudo. Pero calle, vacía. Cuando calle está vacía me gusta pensar que hubo una catástrofe natural, o un ataque zombi o de tortugas marinas con mega lásers gigantes. Esta vez me gustó saber que las calles están vacías porque los idiotas necesitan de un clima perfecto y les da miedo el viento y unas gotas de agua.
Y me pareció buena idea. Salir en culo. Salí en culo a la vereda y así sin más, en culo, como Dios me trajo al mundo, lo apoyé lento pero decididamente en el suelo. Apoyé esa parte de mi cuerpo que jamás hubiese pensado que podría tocar la vereda. Esa parte de mi cuerpo que, desnuda, solo a nivel superficie, siente bombachas o inodoros, o alguna que otra lengua.
Al principio mi cabeza tenía ganas de decir :“qué increíble la superficie que mi culo se estaba perdiendo” pero realmente en el momento que lo apoyé simplemente sentí: vereda.
Hacen 18º. Y es verano. En culo literal, culo y vagina.
Culoculoculo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario