viernes, 28 de abril de 2017

Dorado

Perdí uno de mis libros preferidos en una plaza. Ni siquiera una plaza mía, una plaza de la que desconozco el nombre. 
Me da rabia.
Me da rabia pensar que un lumpen que no entiende nada, que un desconocido esté leyendo mi libro. 
Estaba con alguien que quería y me olvidé del tiempo y de mi libro.
 Me da bronca que una desconocida lo pueda estar leyendo, que pueda estar viendo mi señalador de papel doblado. 
Me da bronca pensar que tal vez alguna vez yo, sea el libro que se olvide en esa plaza.
 Me da bronca que la persona con la que estaba tal vez algún día me deje en esa plaza como yo dejé el libro.



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